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Thursday 24 June 2010

Reseña en el blog de la Biblioteca Municipal de Alange

Muchas gracias por la reseña. Un saludo cordial.
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http://biblioalange.wordpress.com/2010/06/24/asi-fue-pasando-el-tiempo-memorias-de-una-miliciana-extremena/

Así fue pasando el tiempo: memorias de una miliciana extremeña. Renacimiento Editorial, 2006.




Hubo muchas mujeres que, aunque se destacaron en su lucha por la defensa de los ideales de la República y se implicaron en el ámbito político y sindical e incluso se alistaron en batallones de combate, no tuvieron la posibilidad de poder plasmar por escrito ellas mismas sus experiencias, y tuvieron que acudir por falta de instrucción a terceras personas que pasaron a papel su testimonio oral. Este es el caso de María de la Luz Mejías Correa (Badajoz, 1917) que en Así fue pasando el tiempo: memorias de una miliciana extremeña rememora su paso como soldado de infantería por el frente, los seis años vividos en la cárcel y la represión sufrida por ella y su familia durante el franquismo. Encontramos, además, en su relato información valiosa de la situación económico-social de Extremadura y del papel ejercido por la mujer en ese momento histórico. Será su nieto, el historiador Manuel Pulido Mendoza, el encargado de hacer el papel de transmisor del testimonio vital de María de la Luz, ya que según él mismo comenta de tantas mujeres de la época: “su origen campesino y humilde les privó de la más mínima escolarización que les permitiera poner palabra tras palabra el relato escrito de su experiencia”.

Una de las motivaciones que llevó a María de la Luz a querer dejar constancia de su vida, además de perseguir que el dolor de los vencidos en la Guerra Civil española no cayera en el olvido, fue la lectura de autobiografías de mujeres resistentes antifranquistas que en los últimos tiempos habían escrito sus memorias y que le llevó al convencimiento de que también ella podía aportar su propia experiencia.

Encontramos en la obra una mezcla de ficción y testimonio que se aprecia en el uso de la primera persona, a pesar de que la autora tuvo que valerse de una pluma prestada para dejar constancia de su testimonio.

Los recuerdos de esta miliciana nos permiten conocer de primera mano la labor de muchas mujeres republicanas que lucharon en el frente primero y fueron trasladadas a la retaguardia después al ser apartadas del mismo por un Decreto que prohibía la presencia de mujeres.

Su testimonio aporta, según nos comenta su nieto en la introducción al libro, “datos inéditos que ilustran sucesos históricos de los que fue testigo de modo directo e indirecto a través de su recorrido entre Extremadura y el Madrid sitiado durante la guerra”.

La ficción aparece en la forma novelada en la que están contadas su infancia y adolescencia, y a través de su relato podemos conocer la vida de una mujer humilde nacida y criada en la Extremadura rural que al ser proclamada la II República ve la posibilidad de poder alcanzar una vida mejor y más justa.

El relato de sus vivencias durante la postguerra nos informa, igualmente, de la represión ejercida sobre los perdedores de la guerra por el régimen franquista y muy particularmente de la situación familiar y laboral de la mujer durante este período hasta llegar con la democracia a la recuperación de las libertades.

Su nieto, Manuel Pulido Mendoza, al final del prólogo a la obra explica el por qué del título y subtítulo escogidos para el libro y nos dice: “Hemos subtitulado el libro Memorias de una miliciana extremeña, porque el hecho que definió su personalidad para toda su vida fue su pertenencia a la Milicia antifranquista de Extremadura. María de la Luz fue miliciana durante un breve período de su vida, pero quizá nunca llegó a ser más ella que entonces, cuando fue María, la Miliciana del Batallón de Pedro Rubio”.